SOBRE MI


Nací, estudié, viví y me divertí en Madrid, entremezclando el ajetreo propio de la ciudad con unos veranos de pueblo en los que aprendes a disfrutar de perros juguetones que parecen esperarte durante meses, de unas bicicletas cuesta abajo por barrancos que ahora me ponen los pelos de punta, de unos amigos que comparten aventuras con un margen de libertad nunca imaginados en las ciudades, y de unas noches de verano con una cantidad de estrellas que parecen haber desaparecido hoy. Recuerdo que podía pasarme las horas muertas mirando las estrellas (en eso salí a mi abuelo).

Siempre me interesaron las personas y la Psicología por aquello de que... bueno, en realidad no sé por qué, pero cuando tuve que comenzar mis estudios universitarios lo tuve claro. Y mis padres también, por eso me persuadieron para NO comenzar una carrera con tan poco futuro de la que ellos apenas se fiaban. Así que opté por comenzar Ciencias Físicas. Parecía una carrera más "seria" y quizá podría acercarme un poco a esas estrellas de mi niñez. Además la foto de Einstein enseñando la lengua era tan radical y rotunda como los años que yo tenía entonces.

Pero cuanto más me esforzaba, más me daba cuenta de que allí no estaba mi futuro. Además la Psicología seguía haciéndome guiños... y si el problema era que esa opción nunca me daría de comer, entonces tendría que buscar un trabajo más o menos rápido que pudiera compaginar con los estudios.

Al final conseguí un puesto de esos donde las pasas canutas: turnos semanales, mucho trabajo físico, descanso entre semana (olvídate de los sábados y domingos), un mono lleno de grasa y una cicatriz en la cabeza que aún hoy me recuerda un plus de peligrosidad en nómina más que justificado. Además, para poder ir a clase por las mañanas, debía cambiar los turnos con mis compañeros, haciendo sus noches y sus tardes. Ellos estaban encantados y yo... bueno, supongo que también.

Y así me cambié a la Facultad de Psicología, un lugar en el que fui feliz pese a llegar a clase medio dormido por las mañanas tras una dura jornada de trabajo nocturno: Ninguna asignatura me parecía innecesaria, sacaba buenas notas y allí conocí a la que hoy es mi mujer.

Cuando tuve que elegir especialidad elegí Industrial, que era lo más cercano al mundo de la empresa y parecía una opción más dinámica y acorde con mi forma de ser. Y lo más importante entonces: demostré a mis padres (para su tranquilidad y la mía) que sí se podía vivir de la Psicología e incluso disfrutar del viaje.

Tras más de 32.000 entrevistas de selección, implantación de proyectos de RRHH a nivel internacional, estudios de clima laboral, conferencias y un largo etcétera de apasionantes experiencias en las que siempre he disfrutado ayudando a otros en su desarrollo, ahora he descubierto el mundo del Coaching, me he certificado como tal en la EEC y algo me dice que por ahí irán mis tiros. No hay nada tan grande como ver a otra persona cuando se le da la vuelta el alma y le asoma por los ojos. Una sensación sólo comparable a las estrellas de mi niñez.

Lo demás sobre mí puedes encontrarlo en la pestaña de "Mi CV". Allí hay frases aburridas que no reflejan los momentos de esfuerzo, de sacrificio y de entusiasmo, pero te ayudarán a tener una idea más estándar de mi vida.

Lo que no encontrarás son esos otros momentos que pertenecen a la esfera íntima, que me completan como persona y reservo para mí sólo.