- De mi Padre aprendí a trabajar (mucho). Y cuando se comete un error, a tener el valor de digerirlo e intentarlo de otra manera sin desanimarme.
- De mi madre: Pasión por los libros y por aprender.
- De mi mujer: A ser más práctico y dejarme de tanta tonTeoría.
- De mis hijos: ¿Cómo es posible que a veces tengan las cosas más claras que yo?
- El entusiasmo es contagioso. Y centrarse en el coste, también.
- Eres tan bueno como lo sea tu último proyecto. Esto te obliga a partir de cero una y otra vez con las mismas ganas sin tratar de vivir de éxitos pasados.
- Funciona mejor lo que dices cuando crees en ello.
- Los avances pequeños son importantes (y a veces decisivos).
- Está bien que las "metas" te guíen y que los "objetivos" te ayuden a hacer cosas, pero procuro no descuidar mis sueños. Son los que me inspiran.
- Las oportunidades son como los amaneceres: si esperas demasiado, te los pierdes.
- Con mis colaboradores: Tú eres Tú y no eres Yo. No es fácil dado que tendemos a premiar a nuestros clones y soportamos mal a quienes ven el mundo de otra forma. Hay que tener sentido común para elegir buenas personas que NO hagan lo que tú quieres hacer, y el autocontrol suficiente para no interferir con ellas mientras lo hacen (Theodore Roosevelt).
- Sé que es un tópico, pero he aprendido que me queda mucho por aprender.
Ah!, y también he aprendido a no prestar mis libros. Son muy orgullosos y se sienten tan despechados cuando lo hago que terminan por no volver conmigo. Con lo demás, soy muy desprendido.